De donde venimos


Nuestro origen

La iglesia empezó con Jesucristo, tal como vemos en los cuatro Evangelios, y fue fundamentada en la doctrina de los apóstoles que quedó escrita en el libro de los Hechos y en las Epístolas. Con el derramamiento del Espíritu Santo, la iglesia fue esparciéndose, desde Jerusalén, por el mundo antiguo, siendo en Antioquía (actual Turquía) donde los creyentes fueron llamados, por primera vez, cristianos. (Hechos, 11:26)

Los primeros cristianos fueron perseguidos, torturados y asesinados por los territorios del antiguo Imperio Romano.

En el año 313, a través del Edicto de Milán, el emperador Constantino decretó la libertad de culto para los cristianos y cesó la persecución. Esto trajo un gran alivio a los creyentes a nivel material, pero por otro lado, en el nivel espiritual tuvo sus costes. Poco tiempo después (67 años exactamente) con el Edicto de Tesalónica decretado por el emperador romano Teodosio el año 380, la originaria fe apostólica se convirtió en la religión oficial del Imperio Romano.

Esta unión entre Religión y Estado (unión entre la fe cristiana original y el paganismo de Grecia y Roma) fue estrechándose con el tiempo, alejándose cada vez más de la esencia y la humildad del Evangelio enseñado por Cristo. Se inició un largo período de siglos de persecución a quienes no se sometieran a la autoridad del Imperio, llegando a encarcelar e, incluso, matar a muchas personas, entre las cuales, sin ellos saber, se hallaron muchos creyentes en Jesucristo, cumpliendo la propia Palabra que el mismo Señor Jesús había profetizado, en Mateo, 24:9: "Entonces os entregarán para ser afligidos, y os matarán; y seréis aborrecidos de todas las gentes por causa de mi nombre", y también en Juan, 16:2: "...y aun viene la hora, cuando cualquiera que os matare, pensará que hace servicio a Dios". Los herederos de los que habían sido perseguidos pasaron a ser perseguidores de los que se mantuvieron firmes en la misma fe que aquellos habían heredado. Esto también lo anunció el Señor Jesucristo y está escrito en Lucas,11:47,48: "¡Ay de vosotros! que edificáis los sepulcros de los profetas, y los mataron vuestros padres. De cierto dais testimonio que consentís en los hechos de vuestros padres; porque a la verdad ellos los mataron, mas vosotros edificáis sus sepulcros".

Sin embargo, las persecuciones no consiguieron destruir su fe, pues “confesaron que eran extranjeros y peregrinos sobre esta tierra” y que “anhelaban la mejor, la celestial” (Hebreos, 11:13,16). Dios siempre tuvo un pueblo fiel en la tierra que no aceptó ni la idolatría ni las falsas doctrinas, un pueblo guiado por el Espíritu Santo, cuya cabeza fue Jesucristo y su organización fue la caridad de Dios en el corazón de sus miembros.

Nuestras raíces

La CONGREGACIÓN CRISTIANA, tal como la conocemos hoy, tiene su origen en un pequeño grupo de evangélicos italianos que, en la ciudad de Chicago en los Estados Unidos de América, en el año 1904, pasó a reunirse en sus casas buscando la guía de Dios para seguir las enseñanzas bíblicas cristianas dentro de la sencillez de la fe apostólica.

A este grupo, que no tenía ningún nombre de denominación y no usó propaganda ni ninguna forma especial de comunicación, se fueron agregando muchas otras personas, que se sintieron movidas por Dios. De esta misma manera, se formaron en diversos países grupos con los mismos sentimientos y comprensión de la Palabra de Dios.

A lo largo del siglo XX, estas comunidades fueron creciendo e iniciando en otros países, siendo en Brasil donde su crecimiento fue inmensamente mayor.

Hoy, la Congregación Cristiana es una organización multiétnica, comprometida con la predicación y la práctica del cristianismo bíblico, comparte la misma esperanza y comunión, y se halla en muchos países por todo el mundo.

La Congregación Cristiana en España

En España, la Congregación Cristiana inició en 1959, a través de uno de Sus siervos, el hermano Manolo Lorenzo Tubio, que ya descansa en el Señor. Natural de El Mirón (una aldea de Coruña), emigró a Brasil junto con su hermana, Josefina. Allí, en la ciudad de São Paulo, recibieron el testimonio de esta bendita gracia y empezaron a congregar en las casas de oración de la Congregação Cristã no Brasil, donde fueron bautizados.

En el año 1957, Manolo y Josefina, todavía solteros, regresaron a El Mirón, donde fueron incomprendidos por las personas del lugar, entre ellos su propia familia. Pero dos años después, en medio de luchas, hubo el primer bautismo, en el que fueron bautizados sus dos hermanos, Bernardo y Emilio, por el anciano Miguel Spina, de São Paulo, junto al anciano José Baptista do Nascimento, de Portugal. El hecho fue denunciado como delito, por lo que, aquella noche, todos los extranjeros durmieron en la cárcel.

El hermano Manolo se casó años después con Josefa del Puerto, de León, y el matrimonio residió en Noia, siendo su casa una casa de oración durante el resto de sus vidas.

En agosto de 1977 el hermano Clarindo Cortés, anciano en São Bernardo do Campo, São Paulo, visitó a Pepe y Concepción, un matrimonio que había creído en São Bernardo y había regresado a su tierra natal, la isla de Tenerife. En ese año fueron bautizadas 6 personas y en los dos años siguientes, 26 personas más. A partir de entonces, el hermano Clarindo viajó cada año a España.

A principios de los 80, el hermano Clarindo viajó junto al hermano Antonio Feriani, anciano en Campinas. A su paso por Barcelona, el hermano Antonio, por santa revelación, permaneció en la ciudad, donde le fueron abiertas algunas puertas de evangelización. Al cabo de seis meses, en un bautismo en la bañera de la casa, fueron bautizadas dos mujeres, una de las cuales, Pilar, permaneció fiel hasta el fin. En Junio de 1993 en Barcelona fue hecha la apertura de la primera sala alquilada en España y, en el mismo día, tuvo lugar la ordenación del primer anciano.

Con el progreso de la obra, en 1999 se vio la necesidad de adquirir la propiedad del inmueble situado en la ciudad de Barcelona, en la calle França Xica nº 29, desde entonces sede administrativa de todas las congregaciones que siguen la misma fe y doctrina en el Estado Español.

Actualmente hay más de 60 lugares de culto en España, en su mayoría alquilados, repartidos por casi todas las comunidades autónomas, y cada año son bautizadas más de 100 personas.

Durante todos estos años, además de los de Brasil, los siervos de Dios en Portugal visitaron y apoyaron la Congregación en España creándose una íntima unión espiritual entre los creyentes de ambos países, la cual permanece hasta el día de hoy.

Estos breves y sencillos recuerdos verídicos son un don de Dios que recibimos de Él, para magnificar Su paciencia y Sus obras, y dar a Dios el loor y toda la gloria por Jesucristo. Amén.

Barcelona, Marzo de 2017